28 de marzo de 2025. Rastrear en el tiempo la historia de San Salvador ha sido una tarea titánica para los historiadores, tanto tradicionales como modernos, debido a la falta de fuentes escritas bien conservadas sobre los hechos suscitados en la segunda década del siglo XVI. La Secretaría de Cultura de la alcaldía de San Salvador Centro ha hecho una recapitulación de esta información, en el marco de los 500 años de fundación de San Salvador.
La fundación de San Salvador
Actualmente, la historia oficial acepta la afirmación de que la Villa de San Salvador se fundó tres veces: la primera entre 1524 y 1525, de la cual se desconoce el lugar y la fecha exacta; la segunda en Suchitoto en 1528 y la tercera y actual ciudad, entre 1545 y 1546 en el Valle de Zalcoatitán. Pero ¿realmente existió una primera fundación en 1525?, ¿Por qué se toma como verídica esta afirmación?
“En junio de 1524, Pedro de Alvarado llegó a Cuzcatán, capital del señorío, la cual encontró completamente vacía, ya que sus habitantes habían huido a los cerros cercanos. Tras 17 días en la ciudad, los españoles y sus aliados indígenas regresaron a Guatemala con las manos vacías, teniendo que sofocar rebeliones de sus antiguos aliados indígenas y sufriendo grandes calamidades y bajas entre sus tropas en el proceso”, relató Adonay Arias, coordinador de Investigación Cultural de la Comuna Central.
Meses después de este primer intento de incursión y con la invasión al territorio por parte de Hernando Soto Grado (bajo las órdenes de Pedrarias Dávila) desde Nicaragua, Pedro de Alvarado aceleró su regreso a tierras pipiles para evitar la pérdida de toda la conquista obtenida en su primera llegada.
La primera mención de San Salvador en una fuente escrita de la época fue hecha por Pedro de Alvarado en una sesión de cabildo celebrada el 6 de mayo de 1525 en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala.
Si bien, Jorge Lardé y Larín estableció en sus escritos que la villa se fundó cerca del primero de abril de 1525, este no muestra o cita una fuente escrita que pruebe esa versión. Por otra parte, Rodolfo Barón Castro si utilizó una fuente escrita para asegurar y que la fecha de fundación fue, en efecto, en abril de ese año, pero no el primero, sino a finales del mes.
“Aún con esto, existe otra problemática acerca de esta primera fundación. No se han encontrado indicios o vestigios del primer asentamiento de San Salvador tal como sí existen estos restos arqueológicos en Ciudad Vieja, localización del segundo asentamiento de 1528”, apuntó el funcionario.
El arqueólogo e historiador salvadoreño, Heriberto Erquicia, buscó una explicación ante esta falta de pruebas físicas. Apuntó que el primitivo asentamiento tuvo un carácter más estratégico temporal militar que de población permanente, teniendo un diseño sencillo de cabildo más un ejército de exploración tal cual había pasado en Veracruz en 1519, Santiago de Guatemala en 1524 y Nicaragua, todo para no ceder ante el expansionismo de Pedrarias hacia el norte del istmo.
Además, agrega que la gran rebelión de los kaqchikeles en Guatemala se extendió a otros poblados indígenas cercanos, obligó a la guarnición de San Salvador a regresar y abandonar el asentamiento sin que pudieran pacificar completamente la región del antiguo señorío de Cuzcatán.
Lo siguiente que se sabe de San Salvador según las fuentes, lo relata el mismo Alvarado en su juicio de residencia en el año 1529, el cual fue encontrado siglos más tarde en México por José Fernando Ramírez y paleografiado por Ignacio L. Rayón.
En lo único que toda la historiografía sobre San Salvador tiene consenso, es que la fundación la realizó un grupo de individuos al mando de Gonzalo de Alvarado, hermano de Pedro y que Diego de Holguín fue el primer alcalde de la ciudad, aunque únicamente para aparentar una fundación más sólida frente a la corona.
¿Por qué se ha mantenido la versión de Lardé y Larín sobre el 1 de abril como la fecha de fundación del primer asentamiento?
Jorge Lardé y Larín fue uno de los intelectuales tradicionales que escribió sobre la historia de El Salvador durante el siglo XX. Hijo de Jorge Lardé y Arthes, más conocido como “El Sabio”, Lardé y Larín escribió incontables obras como “El Salvador, Historia de sus pueblos, Villas y Ciudades”, dónde recopiló la mayoría de las fundaciones de las poblaciones del país, pero sin citar sus fuentes.
Adonay Arias, explica que “si bien, algunas obras de Rodolfo Barón Castro también fueron impresas y distribuidas por la Dirección de Publicaciones e Impresos, el tono más poético y escrito en prosa coloquial para el entendimiento de la persona del común, de Lardé y Larín, fue lo que le ganó el pulso por la difusión de ambas obras, en contra del lenguaje más académico utilizado por Barón Castro, el cual iba dirigido a un público más entendido en el tema. Por ende, es entendible que la versión sobre el primero de abril de 1525 sea aceptada por la mayoría de la población”.
El uso de las fuentes puede ser un tema de debate puesto que, a falta de citas, Lardé y Larín pierde puntos dentro del nuevo paradigma historiográfico moderno. Esto, no afirma que no las utilizara, sino que, probablemente, no fuese visto como algo imprescindible o fuese visto como algo opcional dependiendo de cada autor, dentro de los escritos tradicionales de historia de El Salvador.
Segundo asentamiento de la ciudad
Sobre el segundo asentamiento de la ciudad, Barón Castro y Heriberto Erquicia explican que un nuevo contingente salió de Guatemala entre 1527 y principios de 1528 al mando de Diego de Alvarado, sobrino de Pedro. Fueron ellos los que fundaron la Villa de San Salvador, esta vez sí, el 1 de abril de 1528 en el valle de La Bermuda, cerca de Suchitoto, lo que actualmente es el sitio arqueológico de Ciudad Vieja.
En esta ocasión, sí se delimitaron manzanas, una plaza mayor o de armas y se realizaron los actos solemnes en representación del Emperador Carlos V, lo cual inició la ocupación de la tierra como una población bien asentada.
La segunda población contó con 73 vecinos y llegó a tener 44 encomenderos entre 1530 y 1545. Estos encomenderos tenían derecho real sobre 12 mil trabajadores indígenas, quienes fueron la mano de obra que se utilizó para la construcción de una ciudad mejor asentada que la primera.
Cuando ya se sentía pacificado el territorio, en 1538, se da un levantamiento indígena en el lugar conocido como Cinacantán, quienes se rebelaron escapando a los cerros cercanos de la cordillera del bálsamo. Esta revuelta fue sofocada por los contingentes de Diego de Alvarado.
Para el año de 1544, según Erquicia, la Villa de San Salvador ya no contaba con las condiciones necesarias para continuar con su desarrollo, por lo cual se exploró un nuevo lugar para su asentamiento. El oidor Diego de Herrera, en su travesía hacia la ciudad de León, comprobó dicha situación y al año siguiente, se envió una solicitud para el cambio de localización de la Villa.
“La Aldea”: el asentamiento definitivo
A principios del año 1546, los vecinos de la Villa se fueron trasladando paulatinamente a un nuevo lugar, llamado “La Aldea” el cual sería su tercer y último asentamiento definitivo en el Valle de Zalcoatitán, posteriormente renombrado como “Valle de las Hamacas”, en su actual lugar cerca de la Plaza Libertad.
Una vez asentada la nueva Villa en el Valle de Zalcoatitán, los procuradores Hernán Méndez de Sotomayor y Alonso Oliveros realizaron la gestión ante la corte del Emperador Carlos V para elevar el estatus de la Villa de San Salvador a Ciudad, la cual fue concebida en una Real Provisión emitida el 27 de septiembre de 1546 por Felipe II, hijo del Emperador, desde Guadalajara, España.
“El documento original parece estar desaparecido, pero se sabe que una copia transcrita fue resguardada en el “archivo secreto del cabildo de San Salvador”, en el año 1709, la cual afirma Barón Castro, es la segunda que se hacía ya que la primera debía estar en manos españolas en el suelo europeo”, finalizó el historiador municipal.
